domingo, 5 de junio de 2016

Una mujer maltratada pide ayuda mediante una nota oculta en los deberes de su hijo

Una profesora la encontró y llamó a la Policía, que arrestó al marido

Su salvación viajaba en apenas medio folio escondido entre losdeberes de su hijo de ocho años donde una mujer dejó constancia de su nombre, su domicilio y el calvario de malos tratos yaislamiento que sufría. Desesperada, fue la única vía que unamujer de origen uruguayo y residente en Benalmádena (Málaga)encontró para poder saltarse el férreo control al que la sometía su pareja y pedir ayuda. El hombre fue detenido nada más conocerse la nota y sobre él pesa ya una orden de alejamiento y tiene vigilancia telemática.
La peculiar llamada de auxilio se produjo hace dos semanas. La víctima, según han explicado desde el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), no tenía acceso a redes sociales ni teléfono móvil, ya que todo era fiscalizado por su pareja, de 52 años y también de origen uruguayo. La familia había recalado en el municipio tras pasar antes por varias ciudades españolas.
La mujer vivía secuestrada en su propia casa, según relata la coordinadora del IAM en Málaga, Rosa del Mar Rodríguez. No podía salir sola a ningún sitio, y su marido la acompañaba a la compra o al médico. Cuando él tenía que ausentarse, ella quedaba encerrada en la vivienda. Además de la violencia psicológica, la mujer también vivió episodios de maltrato físico, según avanzó el diario 'ABC',
“Cuando se produce un aislamiento tan fuerte, no es cuestión de un día para otro, sino que forma parte de un ciclo de violencia que empezó antes”, apunta Rodríguez, quien subraya que ese aislamiento le quitó a la víctima “cualquier red de apoyo” a la que acudir para denunciar su situación. “Es una forma de tortura, te va deteriorando y te vuelves más frágil”, lamenta. Por ese motivo, para Rodríguez no resulta extraño que no constase que la mujer hubiera solicitado ayuda o comunicado su situación con anterioridad, dado que posiblemente si hubiera levantado las sospechas del presunto agresor habría provocado una reacción aún más violenta.
Por eso la mujer solo vio una vía de escape: medio folio escrito a mano, con sus datos y los del marido, su dirección postal y un breve relato del sufrimiento que padecía. Y una recomendación a su hijo: que se asegurara de entregar los deberes a la maestra y de que esta los revisara bien.
Así fue. La profesora del pequeño encontró la llamada de auxilio y comunicó los hechos a la dirección del centro, que rápidamente contactó con las fuerzas de seguridad y el Centro de la Mujer. “Este caso es el ejemplo perfecto de que hay que pedir ayuda de la forma que sea y que las instituciones pueden trabajar coordinadas”, resalta la responsable del IAM en Málaga.

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